Es el año 2038. Tras décadas de préstamos monetarios de China, Japón, Rusia, Brasil y el resto del mundo, Estados Unidos finalmente se ha declarado en bancarrota. En un último intento de recaudar algo de dinero, el gobierno federal ha decidido sacar a subasta sus tesoros más secretos: los artefactos y reliquias que han reunido durante sus años de bonanza y poder, guardados y bien protegidos en Warehouse 51.
Warehouse 51 es un juego diseñado por Bruno Faidutti, Sergio Halaban y Andre Zatz, e ilustrado por Rafael Zanchetin, que edita SD Games en colaboración con Gen X Studio. Aprovechamos para agradecer a SD Games el habernos facilitado amablemente una copia del juego para la reseña.
El juego está diseñado para jugar de 3 a 5 jugadores, de más de 8 años, y tiene una duración aproximada de 45 minutos por partida.
La caja del juego es de tamaño grande (100x200x40mm), con un inserto de plástico en su interior para organizar los componentes.
A continuación os listamos el contenido del juego:
- 70 fichas de Lingotes de Oro (cada uno equivale a 1 billón de $)
- 2 fichas de Certificado de Autenticidad
- 26 cartas de Reliquia
- 22 cartas de Falsificación
- 5 ayudas de jugador
- 6 fichas de Prestamista
- 1 Libro de reglas
Compartimos un vídeo que hemos preparado con el unboxing del juego.
Warehouse 51 es un juego en el que los jugadores interpretan ser millonarios en una subasta organizada por el gobierno de los Estados Unidos en la que vende al mejor postor sus artefactos más secretos del Área 51.
Mecánica
Al inicio de la partida cada jugador recibe 10 lingotes de oro y una ayuda, en la que se indica cada uno de los tipos de artefactos que hay en la subasta y su valor en puntos.
Después se colocan sobre la mesa las reliquias, distribuidas en 4 mazos según su color. Además, se coloca una carta de falsificación de artefacto entre cada uno de los jugadores y cada jugador mira la carta que tiene a su izquierda y a su derecha.
En cada turno el jugador el que ganó la última subasta, o el jugador inicial en el primer turno, revela la carta superior de uno de los mazos a su elección. Si la carta tuviera un símbolo de puño cerrado se hace una subasta a ciegas y, si no lo tuviera, se hace una ronda de apuestas abierta empezando por el jugador sentado a su izquierda, hasta que todos los jugadores menos uno hayan pasado. El ganador de la subasta entrega los lingotes de oro apostados al jugar sentado a su izquierda y se queda la reliquia ganada en la subasta.
Los jugadores también pueden empeñar sus artefactos durante la partida, para ello colocan una de los marcadores de empeño sobre su artefacto y ganan 5 lingotes de oro. Además, los diferentes artefactos pueden tener bendiciones, maldiciones o ser neutrales, con unas habilidades especiales asociados a ellos, como por ejemplo una bendición que otorgue un certificado de autenticidad que coloquen sobre uno de sus artefactos si sospechan que pueda tratarse de una falsificación.
La partida acaba cuando se subasta la última carta de artefacto, entonces se eliminan las diferentes cartas de falsificaciones ganadas por los jugadores y se hace un recuento de puntos de victoria tal y como indica la ayuda de juego de cada uno de los jugadores. Gana el jugador que haya obtenido más puntos de victoria.
Opinión
Warehouse 51 se trata de un juego tipo “ensalada de puntos” con mecánica de subastas y set collection. En él los jugadores deben escoger sabiamente cuando apostar fuerte para ganar los mejores artefactos o los que mejor combinen con sus artefactos ganados anteriormente, combar al máximo las bendiciones e intentar no comprar ninguno de las falsificaciones que puedan salir a subasta.
El nivel de interacción entre jugadores durante el juego es como el de cualquier juego de subastas, como siempre podemos comprar artefactos para continuar mejorando nuestra ensalada de puntos o podemos estudiar como destruir la estrategia de compras del rival, aunque esto último no es algo que habitualmente ayude a puntuar lo máximo.
En cuanto a los entreturnos son inexistentes, todos los jugadores juegan prácticamente a la vez, ya que el peso del juego recae en la mecánica de apuestas en la que todos los jugadores irán “hablando” hasta que uno pase y se lleve el artefacto.
La rejugabilidad es buena ya que dispone de 26 cartas de reliquias diferentes, además de 22 cartas más de falsificaciones, que generan un buen número de combinaciones posibles.
El aspecto estético del juego es muy bonito, las diferentes cartas de reliquias son realmente muy evocadoras sobre algunos de los más famosos artefactos legendarios de la historia. Únicamente destacaría la portada, que nos sorprende por su poca relación con la temática, en la que aparece una especie de puerta con mecanismos al más puero estilo room escape, emulando la seguridad del Área 51, pero que puede confundir en un primer vistazo, por lo que quizás hubiese sido más acertado una ilustración de una sala realizándose una subasta de los artefactos por unos hombres vestidos de negro y con gafas de sol, más acorde a la temática del juego.
Personalmente, nuestras impresiones después de las primeras partidas son de ser un juego que cumple perfectamente su cometido de ser un buen juego de subastas, aunque personalmente echamos a faltar algún giro que le de algo más de profundidad y que obligue a los jugadores a mantener la tensión hasta al final, quizás con algún tipo de evento que modifique el turno o que finalice prematuramente la subasta. No obstante, insistimos en que se trata de un buen juego en su categoría y que por su sencilla mecánica lo recomendamos como juego familiar y juego introductorio para los menos habituados a juegos de subastas.
Espero que hayáis disfrutado de la entrada tanto como yo, hasta la siguiente entrada…
…los artefactos y reliquias que han reunido durante sus años de bonanza y poder, guardados y bien protegidos en Warehouse 51.