Reseña de Animalix

Animalix es un juego de reflejos basado en la dieta animal pero también en su condición de animales domésticos y salvajes. Un juego en el que para ganar hay que aprender, ¡y ser el más rápido!

Animalix es un juego de cartas diseñado por Marc Fresquet, e ilustrado por Hernán Valera, editado bajo el sello editorial Nexo Ediciones, a quienes agradecemos el habernos facilitado amablemente una copia del juego para la reseña.

El juego está diseñado para jugar de 2 a 6 jugadores, de más de 8 años, y tiene una duración aproximada de entre 10 y 15 minutos por partida.

La caja del juego es de tamaño pequeña (122x122x40mm) y dispone de un inserto de cartón para evitar que se mueva el contenido en su interior.

A continuación os listamos el contenido del juego:

  • 55 Cartas
  • 5 Fichas (carnívoro, herbívoro, omnívoro, salvaje y doméstico)
  • Instrucciones

Os mostramos un vídeo que hemos preparado con el unboxing del juego.

Mecánica

En la preparación de la partida se reparten las cartas entre los jugadores, formando un mazo individual boca abajo para cada uno, y se colocan las fichas en el centro de la mesa, al alcance de todos los jugadores.

El jugador inicial cuenta hasta tres y todos los jugadores, simultáneamente, le dan la vuelta a la carta superior de su mazo dejándola a la vista de todos. En ese momento los jugadores pueden coger una o dos fichas del centro, sabiendo que como máximo dos de ellas son correctas.

Las cartas muestran diferentes animales y si hay mayoría de un tipo, por ejemplo, herbívoros, el jugador que haya cogido la ficha de hoja es uno de los ganadores de la ronda y se lleva parte de las cartas jugadas por los diferentes jugadores. Así pues, si hubiera mayoría de carnívoros, el que coja la ficha de carne, ganaría la baza.

Si hubiera un empate de tipos de animales, no se coge ni una ficha ni la otra. Por otro lado, se ha de comprobar si son animales domésticos o salvajes, si la mayoría fueran domésticos se toma la ficha de granja y, si la mayoría son salvajes, se toma la ficha de árbol. Si hubiera un empate de tipos de animales, nuevamente, no se coge ni una ficha ni la otra.

Si en una ronda no hubiera mayorías de ninguno de los dos tipos, las cartas se devuelven a la caja pero si un jugador ha tomado una ficha del centro, debe descartarse de dos cartas ganadas en rondas anteriores.

Para jugar con las cartas de gallina, cuervo, ornitorrinco, cerdo y oso, debe añadirse la ficha de omnívoros, que se debe coger siempre que aparezca uno de estos, sin importar la cantidad de animales que aparezcan en total.

Si gana la ronda un único jugador se lleva todas las cartas jugadas por los diferentes jugadores pero si hubiera dos ganadores de la ronda  se reparten equitativamente las cartas jugadas, si no se puede repartir de manera equitativa una se devuelve a la caja. Estas cartas se quedan a un lado para contarlas más tarde, ya que gana el jugador que haya conseguido más cartas al final de la partida.

Pero no, no podía ser tan sencillo, y su autor le da una vuelta de tuerca para evitar que esos jugadores con “las manos muy rápidas” empiecen a destrozarnos la partida y, porqué no decirlo, las manos, ya sabéis de que lo que os hablo. El juego implementa la regla de Los Errores se Pagan, en la que el jugador que tome una ficha incorrecta debe descartarse de 2 cartas ganadas en otras rondas anteriores. Pero aún hay más, si el jugador no tiene ninguna para descartarse pues no pasa nada, en la ronda siguiente no puede robar ficha.

Aunque esto no acaba ahí, existen cartas especiales que añaden otras variables adicionales a la dificultad del juego:

  • Cazadores. Estos cazan animales salvajes, por lo que dependiendo de su icono, un cazador elimina una carta de animal salvaje herbívoro o carnívoro, por lo que se tendrá que contar uno menos para las mayorías.
  • Ladrones. Estos roban animales domésticos, por lo que dependiendo del dibujo, este elimina una carta de animal doméstico herbívoro o carnívoro, por lo que se tendrá que contar uno menos para las mayorías.
  • Estampida. Simplemente genial, cuando aparece esta carta, todos los jugadores deben levantarse y dar una vuelta alrededor de la mesa, antes de tomar una ficha del centro de la mesa.

Pero esperad, seguimos mirando un poco más las reglas de este Pequeño Gran Juego de Mesa, sí, aún hay más. El juego tiene diferentes variantes, una más fácil en la que dejamos fuera las cartas especiales, otra aún más fácil en la que se juega solo con una de las dos mayorías, algo que a mi parece puede fantásticamente bien bajar aún más la edad del juego, otra variante con eliminatorias hasta que gana uno de los jugadores, otra variante con números coincidentes, que van levantando cartas hasta que coincidan los números de las cartas, o la variante ¡solo cinco!, en la que cuando los animales de un tipo sumen cinco, el jugador que coja la ficha correcta se queda todas las cartas jugadas.

Opinión

Animalix es un divertido y sencillo juego que combina el party game y la atención, sin preparación, rápido de explicar fácil de aprender.

Lo entreturnos son inexistentes debido a la participación simultánea de los jugadores, incluso con partidas a muchos jugadores, haciéndolo muy ameno de jugar. El juego además escala muy bien a diferentes jugadores aunque las risas y el cachondeo es directamente proporcional al número de participantes, convirtiéndolo en un excelente party para quedadas multitudinarias.

Nos parece muy bien implementada la regla de castigo, en la que el jugador que tome una ficha incorrecta deba descartarse de cartas ganadas en otras rondas, como diría un buen amigo mío, ¡por pillo! Y fenomenal que si el jugador no tiene para descartarse, que en la ronda siguiente no pueda robar ficha, vamos, que el ir perdiendo no será una excusa para jugar a lo loco. Por otro lado, las cartas con reglas especiales como la apoteósica carta de Estampida, le dan una fantástica y divertida vuelta a las reglas.

El aspecto gráfico del juego es muy bonito, con simpáticas y coloridas ilustraciones que consiguen el objetivo perseguido de ofrecer una imagen de juego familiar.

Creemos que, además, es un juego que fomenta la observación mejorando la concentración, que desarrolla la reflexión y la visión espacial, y mejora la coordinación de ojos y manos, básicamente es un juego ideal para jugarlo con los más pequeños de la casao incluso en las aulas de escuela.

Personalmente a nosotros nos ha gustado, y recomendamos para jugarlo en familia, ya que con su fantástica escalabilidad puede incluir a los más pequeños de la casa, o por supuesto, para jugar con los amigos haciendo la primera cervecilla de la sesión, siendo este otro de los juegos que llamamos cariñosamente “juego mojitero”. Un juego apto para todos los públicos.

Espero que hayáis disfrutado de la entrada tanto como yo, hasta la siguiente entrada…

Un juego en el que para ganar hay que aprender, ¡y ser el más rápido!

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