Reseña de The Boss

The Boss es un juego familiar en el que los jugadores encarnarán a los capos de bandas de mafiosos intentando hacerse con el control de importantes ciudades de EEUU. Pero las cosas no son tan sencillas, ya que controlar una ciudad no te asegura ningún beneficio. Observa bien las cartas jugadas por tus rivales, guárdate información y posiciona bien a tus secuaces para asegurarte los ingresos al final de cada ronda. Deducción, faroleo e iniciativa serán esenciales para ganar la partida y convertirte en el Capo más respetado.

The Boss es un juego diseñado por Alain Ollier, e ilustrado por Tony Rochon, y que se edita bajo el sello editorial Abba Games, a quienes agradecemos habernos facilitado una copia del juego para la reseña.

El juego está diseñado para jugar de 2 a 6 jugadores, de más de 10 años, y con una duración aproximada de 20 a 60 minutos por partida (unos 10 minutos por jugador en partida).

La caja del juego es de medidas pequeñas (145x145x50mm), con un inserto interior que aloja perfectamente el contenido, impidiendo el movimiento en su interior.

A continuación os listamos el contenido del juego:

  • 32 cartas de ciudad
  • 9 cartas de personaje
  • 5 cartas de policía
  • 1 tablero de puntuación
  • 60 cubos de mafioso (42 veteranos y 18 temporales)
  • 5 cubos de puntuación
  • 5 discos de expulsado
  • 1 marcador de jugador inicial
  • 1 reglamento

Os mostramos un vídeo que hemos preparado con el unboxing del juego.

En The Boss los jugadores interpretan el papel de unos capos de la mafia intentando hacerse con el control de las principales ciudades de los Estados Unidos, para ello deben posicionar estratégicamente a los lacayos de su banda sin dejar de observar los movimientos de las bandas rivales.

Mecánica

El juego dispone de diferentes configuraciones iniciales, en función del número de jugadores. Primero se coloca sobre la mesa el tablero de juego con un cubo del color de cada uno de los jugadores y junto a él las diferentes cartas de personaje en fila, la carta de Chicago se debe colocar siempre la segunda comenzando por la izquierda. Una vez hecho esto, se forma una fila bajo esta colocando de manera aleatoria una carta de la respectiva ciudad boca abajo, que serán los objetivos de los jugadores.

Posteriormente se reparten las cartas restantes de ciudad, formando una mano inicial de 5 cartas, con sus respectivos 6 cubos de mafiosos veteranos y 3 de mafiosos temporales y un disco de expulsado. Además se escoge el jugador inicial y se le entrega el marcador de jugador inicial.

Las partidas se componen de entre 3 y 5 rondas. Cada ronda esta formada por 5 turnos durante los cuáles los jugadores pueden, opcionalmente, colocar tantos cubitos de mafiosos como quieran de una ciudad, y, obligatoriamente, jugar una carta de ciudad boca arriba a continuación de la carta existente de ciudad boca abajo de la configuración inicial. En la colocación de cubitos de mafiosos tendrán que tener en cuenta que los veteranos y los temporales no tienen el mismo valor, que los temporales nunca pueden estar solos y que si quiere colocar en una donde ya hay mafiosos de otro jugador, debe superar ese número de mafiosos.

Los jugadores repiten esta mecánica y cuando queden 2 turnos para finalizarse la ronda, se voltea la carta de policía, ya que al mostrarse una tercera placa de policía del mismo color, indicaría que se acaba la partida al final de dicha ronda. Después continúan jugando los turnos siguientes hasta finalizar las cartas que tienen en mano.

Cada vez que se finaliza una ronda se recogen las cartas de ciudad boca arriba y se voltean las que se encuentran boca abajo, que muestran lo que ha obtenido el jugador con mayoría de cubitos de mafioso en esa ciudad. En estas encontramos cartas de 1, 2, 3 y hasta 4 millones de dólares, que serán el número de casillas que avanzan en el tablero los cubitos de puntuación de cada uno de los jugadores. El jugador que haya obtenido la mayoría en la carta de Chicago comparte, a partes iguales redondeando hacia arriba a favor de la ciudad, los valores de la última carta jugada en las ciudades de la izquierda de esta y, por último, la ciudad de Chicago se desplaza una posición a la derecha para la ronda siguiente. Además, existen cartas de sanción, cartas que eliminan un veterano del jugador, que hieren a un veterano y lo envían al hospital una ronda, que lo encarcelan durante dos rondas, o que roban al jugador, entre algunas opciones más.

Finalizada la puntuación de la ronda se recogen los cubitos de mafiosos veteranos, salvo los muertos, heridos o encarcelados, pero los cubitos de mafiosos temporales empleados se pierden y se devuelven a la caja. Una vez aparece la tercera placa de policía del mismo color se continúa hasta acaba la ronda, se cuentan los puntos, se ejecutan las acciones especiales y se finaliza la partida. El jugador que haya obtenido más dinero con sus banda de mafiosos gana la partida.

Opinión

The Boss es un juego de mayorías, pujas y con algo de azar y mucho faroleo. En él, los jugadores deben tratar de hacerse con las mejores subastas mediante la deducción con sus propias cartas y las acciones que realizan los jugadores rivales, estudiando los dorsos de sus cartas, la colocación estratégica de sus cubitos de mafiosos y, a medida que avanzan los turnos, con las cartas visibles sobre la mesa. Es por estas condiciones de observación que las acciones más previsibles son las más lógicas y coge tanto peso el engaño y el faroleo.

Es un juego muy fácil de explicar y rápida preparación, con reglas sencillas y fácil de jugar, además con unos entreturnos que son bastante rápidos, como siempre si no nos encontramos en mesa con alguien con mucho análisis-parálisis, al fin y al cabo nos encontramos con un filler familiar divertido, con un enjundia, pero un filler.

La rejugabilidad nos parece buena, dispone de suficientes cartas que generen muchas combinaciones posibles y, además, tratándose de un juego en el que primará el engaño y el faroleo, seguro que los jugadores tienden a cambiar de estrategia entre partida y partida, algo que irá en pos de la rejugabilidad y de no suceder dos partidas iguales.

La estética es bonita, es sencilla pero funcional, unas bonitas ilustraciones de arquetipos de mafiosos y cartas de ciudad sencillas pero de rápida asociación de ideas con los efectos de cada una de ellas.

Personalmente a nosotros, en estas primeras partidas, nos ha gustado mucho, es un juego que recomendamos para jugarlo en familia o introductorio a este estilo de juego de mayorías, pujasmucho faroleo y, por supuesto, para jugarlo con los amigos haciendo la primera cervecilla de la sesión. Vamos, un todo terreno apto para todos los públicos.

Espero que hayáis disfrutado de la entrada tanto como yo, hasta la siguiente entrada…

La Ley Seca nunca fue tan divertida.

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